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CÓMO GANAR AMIGOS E INFLUIR SOBRE LAS PERSONAS CON ÉXITO


CÓMO GANAR AMIGOS E INFLUIR SOBRE LAS PERSONAS CON ÉXITO

El libro mas famoso de Dale Carnegie le da su nombre a este artículo. Este fantástico libro escrito en el año 1936 aún conserva la vigencia y eficacia de sus consejos, que son tan simples y aplicables con éxito en cualquier contexto, pero nadie se percata de ellos, nadie los utiliza ¿Por qué? Porque somos seres emotivos y orgullosos, seres acalorados que no se detienen a pensar por un momento en las consecuencias.


Qué nos enseña Dale Carnegie en su libro, tres cosas fundamentales: 1) maneras de agradar a la gente, 2) maneras de hacer que los demás piensen como nosotros y 3) maneras de cambiar a los demás sin ofenderlos ni causar resentimientos. Este libro ha cambiado la forma de pensar de cualquiera que lo haya leído, incluso la mía, lo que hace años me introdujo en este tema y gracias a él comencé a investigar más del asunto. Bien, comencemos:


MANERAS DE AGRADAR A LA GENTE

Existen sujetos que van a los tumbos por la vida, buscando aprobación y forzando a los demás a que se interesen por ellos, pero no se dan cuenta que de este modo solo causan molestia. Cada persona está constantemente pensando en sí mismo, mañana tarde y noche, no les interesa escuchar sobre la vida de los demás, a ellos les gusta ser escuchados, aplaudidos, y en un mundo como en el que vivimos cualquier muestra de interés y atención sincera los harán sentir, de algún modo importantes. ¿Ahora me entiendes? No puedes pretender que las personas se interesen en ti si les hablas solo de tus cosas, debes aprender a escuchar, a mostrar un poco de apego.


No sugiero que te conviertas en un falso adulador, ya que las personas lo saben y resultarás una molestia, además es estresante. Debes mostrar aprecio honrado y sincero. Dale Carnegie utiliza en su libro esta frase: “Se pueden ganar más amigos en dos meses si se interesa uno en los demás, que los que se ganarían en dos años si se hace que los demás se interesen en uno.” Esta técnica no solo le dará amigos, sino que también puede ganarse la lealtad de los clientes en una compañía. Solo tienes que ser honesto, a veces una pequeña sonrisa en el momento indicado, un saludo con animación y entusiasmo, recordar una fecha de cumpleaños, ofrecerse a hacer favores (siempre y cuando realmente quieras hacerlo), ponerse en el lugar del otro y entenderlo en momentos difíciles, estas cuestiones hacen de nosotros personas con las que uno quiere estar, buenos amigos.


Usted tiene que disfrutar cuando se encuentra con la gente si espera que los demás la pasen bien cuando se encuentran con usted. Es bonito también que las personas digan que somos personas interesantes, buenos conversadores, inteligentes. ¿Tarea difícil demostrar esto? Parece que sí, pero realmente es mucho más sencillo de lo que parece. Para ello es muy importante prestar atención exclusiva a la persona que habla. Debes demostrarle especial interés, hacerle saber que lo que está diciendo es muy interesante y que nos gusta escucharlo. Dale Carnegie cuenta en su libro un ejemplo personal; él había conocido a un botánico en una comida en casa de uno de sus amigos, el hombre le pareció muy interesante así que Dale ignoró a los demás invitados y comenzó a escucharlo. El sujeto habló de plantas exóticas, experimentos, jardines y hasta lo aconsejó para que resolviera algunos de sus problemas de su huerto interior. Hablaron por horas con mucho entusiasmo.


Cuando llegó la medianoche y se despidieron, el botánico se dirigió al anfitrión y le dijo que Dale era muy estimulante, que esto y aquello y concluyó con que era un conversador muy inteligente. ¿Inteligente? Si apenas había insinuado una palabra. Pero había escuchado con atención, estaba interesado y el hombre lo sabía, por eso se sintió naturalmente complacido. Dale le había dicho que se había entretenido e instruido inmensamente, le dijo que deseaba tener sus conocimientos, que quería verlo de nuevo, y así era. Él inconscientemente hizo que su interlocutor se sintiera importante. Debes preguntar cosas que el otro esté complacido de responder, aliéntalo a hablar de sí mismo y de sus experiencias.


Las personas tienden a enojarse, protestar e insultar cuando algo les enfada, pero asombrosamente puedes solucionar esto tan solo con buenos oídos, piensa como tu interlocutor, no te conviertas en su enemigo. El protestador crónico, aún el crítico más violento, se suavizará y apaciguará frecuentemente en presencia de un oyente que muestre paciencia y simpatía. Si te insultan, no te acalores, no imites sus comportamientos, sé más inteligente, más frío, dile que lo entiendes, que en su lugar harías lo mismo y busca una forma de solucionarlo.

 

MANERAS DE HACER QUE LOS DEMÁS PIENSEN COMO USTED

Las discusiones. Como nos gusta ganarlas, nos ponemos eufóricos, nos sonrojamos y cada uno intenta demostrar que tiene la razón, pero finalmente acaba cuando uno deja al otro con la boca cerrada, sin más que decir. ¿Qué linda sensación no? Es gratificante y emocionante al mismo tiempo. Ese pequeño momento maravilloso donde nos sentimos muy inteligentes y capaces. Qué bueno. Ahora te pregunto, qué es realmente lo que se gana cuando se sale victorioso en una discusión. Bueno, tú te sentirás satisfecho pero has destruido los argumentos de la otra persona, has tocado su orgullo, lo has hecho sentirse inferior, has hecho que se duela de ver que tú triunfas.


Tu tal vez tengas razón, pero luego de causar esto en el individuo, su opinión no ha cambiado, al contrario, está más convencido que nunca de que tiene la razón y hará lo que sea para demostrártelo, a ti principalmente. Nunca admitirá tus argumentos, o lo hará con rencor y entre dientes, porque lo has lastimado. Un malentendido nunca se resuelve por la discusión, sino que gracias al tacto, la diplomacia, la conciliación y un sincero deseo de apreciar el punto de vista de los demás.

Ahora vamos a lo importante, a cómo transmitir nuestro pensamiento a los demás:


1- Debes aceptar el desacuerdo, ten en cuenta que cuando dos socios piensan igual, uno de ellos no es necesario, nunca es posible coincidir totalmente con la otra persona, tampoco es conveniente.


2- Luego debes darle al prójimo la oportunidad de hablar, no lo interrumpas ni te resistas inmediatamente, todos quieren ser escuchados, no pongas barreras a la conversación.


3- Finalmente una vez oídos sus argumentos, no empieces con lo que estás en desacuerdo, busca los puntos y áreas en común.


4- Recuerde que necesitas ser honesto, trata de encontrar los puntos donde puedes admitir tu error. Esto último evitará que tu oponente se ponga a la defensiva y lo harás más vulnerable a aceptar tu opinión.


Existe un error que cometemos todos cuando queremos cambiar los pensamientos de las personas, es tan inevitable como también inútil si nos ponemos a pensar. Decirle a alguien que está equivocado es algo que nunca debe hacerse, y te daré las razones; primero porque golpeas la inteligencia de la persona, golpeas su juicio y su orgullo, y creerá que le estás diciendo qué debe hacer. Pero como dije anteriormente, es inútil, ya que hará que querrá devolverte el golpe, pero nunca, jamás cambiará de idea. Es muy típico comenzar a diciendo: “Te diré dos cosas y te haré cambiar de opinión”. Esto solo despierta oposición e invita a que cualquiera quiera iniciar una batalla ideológica. Ahora bien, observa cómo cambia la cosa cuando comenzamos de este modo: “Escucha, yo pienso de otro modo, quizá me equivoque, y si lo hago, deseo corregir mi error, veamos”. Fíjate en la frase “me equivoqué”, nadie la dice, casi nadie. Cuando nos equivocamos, a veces lo admitimos interiormente, y si se nos hace llevar con tacto y suavidad, probablemente lo admitamos frente a los demás, mejor aún, nos enorgulleceremos de haberlo hecho.


También es importante, y lo repetiré, que escuches a la persona. Cada vez que estamos en desacuerdo nos vemos tentados a interrumpir, pero no debe hacerse de ningún modo. Mientras el sujeto tenga una gran cantidad de ideas y argumentos que reclamen expresión es prácticamente imposible que nos preste atención, por eso debes alentarlo a expresar todas sus ideas.


Tienes que tener en cuenta, en caso de que quieras obtener cooperación o persuadir a alguien para que haga algo, que a nadie le gusta que le digan lo que debe hacer. Todos quieren llegar por sí mismos a la conclusión, quieren sentir que fue su propia idea, quieren comprar lo que les gusta, no podemos forzar a nadie. La mejor manera de aplicar esta estrategia es darle a conocer las cosas como al pasar, pero interesándolo en ella, con el objetivo de hacerlo pensar en esa idea por su propia cuenta.

 

MANERAS DE CAMBIAR A LOS DEMÁS SIN OFENDERLOS NI CAUSAR RESENTIMIENTOS

Nos pasa casi todo el tiempo, nos molesta algo de alguna persona, un hábito o alguna actitud y la queremos cambiar, pero ocurre que no sabemos cómo decírselo sin ofenderla o hacerla enojar. ¿Qué hacer ante esta situación? Primero, no seas tan directo. Debes llamar la atención de los errores indirectamente, Dale Carnegie nos da un excelente ejemplo: si deseamos cambiar la actitud descuidada de un niño en sus estudios solemos decir: “Johnnie, estamos realmente orgullosos de ti por haber mejorado tus notas este mes. Pero si te hubieras esforzado más en álgebra, los resultados habrían sido mejores todavía” Johnnie se sentirá feliz hasta el momento de oír la palabra "pero". En ese momento cuestionará la sinceridad del elogio, le parecerá un truco para poder pasar de contrabando la crítica, perderá credibilidad. Sin embargo, todo se puede solucionar si cambiamos el pero por un "y": “Estamos realmente orgullosos de ti, Johnnie, por haber mejorado tus notas este mes, y si sigues esforzándote así podrías mejorar incluso tus notas de álgebra al nivel de los demás.” De esta manera Johnnie podrá aceptar el elogio ya que hemos llamado indirectamente su atención sobre la conducta que queríamos cambiar.


No todos somos perfectos, por lo tanto, admitir de antemano nuestras equivocaciones también es una buena táctica. Asumir tus propios errores, aun cuando nadie los haya corregido ayudará a convencer al otro de que quizá le es conveniente cambiar su conducta. Después de todo, es más fácil escuchar a alguien que intenta decirnos nuestros defectos si esa persona, admite rápidamente que también está lejos de la perfección.


Para estimular a los demás hacia el triunfo, para que realmente quieran seguir mejorando y aprendiendo, es necesario elogiar hasta el menor progreso. Demos confianza, no es posible crecer y desarrollarse sin muestras de aliento. No pisoteemos los sentimientos de los demás, no descubramos todos los defectos ni critiquemos a una persona frente a los demás, es inútil y desalentador, solo corrompe el espíritu y las ganas de dar lo mejor. Debes recordar que la crítica marchita y opaca nuestras capacidades, las cuales florecen gracias al elogio, al estímulo. Tienes que asegurarte que las personas descubran sus tesoros ocultos.


¿Qué ocurre cuando una persona que trabajaba bien comienza a hacerlo mal? Pues en lugar de mostrarle sus errores, démosle una reputación para que se interese en mantenerla. Debes afirmar abiertamente que él tiene precisamente esa virtud que tú quieres desarrollar en él, de este modo no querrá decepcionarte, querrá sentirse importante y se esmerará en mantener la reputación que le has otorgado. Es muy efectivo. Es muy sencillo decirle a un niño, un esposo, que no sirve para ciertas cosas, que las hace mal. Pero solo destruiremos todo su incentivo para que mejoren. Por eso debemos mostrar fe en las capacidades de las personas. Es importante hacer que los errores parezcan fáciles de corregir e intentarán superarse.


Por último, para finalizar debes procurar que la persona se sienta satisfecha de hacer lo que usted quiere. Piensa en los beneficios que obtendrá el sujeto al hacer lo que tú sugieres, sé empático.

 

ELIMINA LA CRÍTICA DE TU VIDA

Tu hijo trae malas notas a la casa, no ordena su habitación, y hoy por la mañana derramó accidentalmente el jugo sobre el mantel, o

tu empleado es muy descuidado y nunca hace del todo bien las cosas que le ordenas. Una catarata de críticas y enojo salen disparadas hacia estas personas, por qué, porque es lo más fácil, y tratar de contenerse iría en contra de nuestros instintos. Aquel que no se enfada con esto lo vemos como alguien de otro planeta, no entra en nuestras cabezas. Pero realmente no estamos actuando de manera racional, criticar no es la mejor opción aunque creas que cambie la forma de pensar de la otra persona.


Debes tener en cuenta que nada mata tanto las ambiciones de una persona como la crítica de sus superiores, ésta desmoraliza al empleado y crea resentimientos hacia tí. Por medio de la censura, nunca provocaremos cambios, solo rencor y un profundo deseo del prójimo de no hacer nada de lo que le pidamos, de llevarnos la contra y aplastarnos por donde sea posible. Por eso premiar la buena conducta es más eficiente que castigar.



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